«No más dolor» Micro-relato.

Este fue el segundo micro con el que concursé x3 un poco triste pero disfrútenlo de igual forma.

………………………………………………………………………………………………………….

No más dolor

14No más dolor

Una pistola yacía en su mano derecha, y su mejor amigo en su mano izquierda.
Scotty siempre jugueteaba en las mañanas. Por eso se asustó cuando en lugar de eso, vio su pequeño cuerpo en la calle después de haber sido brutalmente atropellado.
Tom apretó el arma de su padre (la que anteriormente había ido a buscar), contra él.
Scotty era adorable, era el perro más amistoso que pudiera haber tenido. Era como un hijo para él. Ahora Scotty no se movía pero sí respiraba. Sus ojos brillosos atraparon los de Tom que con dolor trataban de enjaular las lágrimas.

Scotty era maravilloso. Siempre estuvo cuidando de él. Lamió sus heridas cuando cayó y con suaves gemidos lo consoló cuando una chica rompió su corazón. Scotty era como un ángel. Tom jamás lo haría sufrir. Jamás lo traicionaría. Jamás lo lastimaría.

Entonces Tom jaló el gatillo.

«Bajo el Hielo» Micro-relato.

Hola, hace como un mes participé en un concurso de micro-relatos organizado en el grupo de autores de THFics, y este resultó ser el ganador ❤ espero que les guste tanto como a mí.

 

………………………………………………………………………………………………………….

Bajo el Hielo

13Bajo el Hielo

Una melodía llamó su atención hasta atontarlo. Pronto Tom halló el lugar de origen.
El lago congelado.
Sus almendrados ojos se dilataron. Algo brillaba ahí.
Se acercó. La curiosidad era patente a sus once años de edad. Se hincó sobre el agua congelada y agudizó la mirada. Su corazón bombeó más rápido al ver un pálido rostro mirándolo por debajo del hielo. Aquellos ojos azules parecían estar congelados pero pronto parpadearon con suavidad. Ese ser continuaba cantado con una voz tan delicadamente hermosa y lejana. A pesar de sus finos rasgos, Tom adivinó que era un chico. De pronto, una mano traspasó el grueso hielo hasta alojarse en su mejilla y poco a poco lo acercó hacía él. Unos fríos labios lo tomaron por sorpresa robándole su primer beso. Y en un parpadeo, él y el hielo lo absorbieron.

Su vida acabó en ese momento… al menos en la superficie.

«Trágica historia de un Corazón» Capítulo 8

Capítulo 8
Corazón asesino

Un dolor agudo le taladró la espalda baja al levantar una caja de no más de seis kilos. Cientos de papeles viejos dormían ahí desde hace tiempo, bastante importantes como para ser arrojados a la basura. Tom, tan rápido como sus pies se lo permitieron, la colocó encima de otra pesada caja que anteriormente también había levantado después de haberla ordenado. Se echó una mano a la cadera y se mantuvo encorvado mientras cogía aire. Sus movimientos le torturaban cada vez más con cualquier cosa que hacía últimamente. Pero él sabía el por qué…

Debía darse prisa.
Hizo varias cosas desde que se había levantado, bastante temprano a pesar de su cansancio, pero sabía que el tiempo ya no estaba de su lado como para desperdiciarlo durmiendo. Ordenó sus cosas, escribió cartas para amigos lejanos, hizo escasas llamadas telefónicas e incluso se dio tiempo para rezar en silencio como hace mucho no hacía. Un día bastante movido.
Y tras terminar de ordenar las cosas que de verdad tenían un gran valor e importancia en varias cajas, tomó su bastón y fue directo hacia su siguiente tarea. Cogió el teléfono. Sus rígidos dedos apretaron números hasta que éstos lo comunicaron con alguien.

Sigue leyendo

«Trágica historia de un Corazón» Capítulo 7

Capítulo 7
Corazón renace

Sus ojos se abrieron de golpe mientras Marcapasos hacia su trabajo, que era relajar a Corazón. De su frente escurría un sudor frío a pesar del clima helado que hacía esa noche. Dejó de apretar los cobertores cuando reconoció su habitación incluso dentro de la oscuridad. Suspiró… varias veces.
Fue sólo una pesadilla.

Cubrió su rostro con sus manos y las dejó ahí por un tiempo, hasta que todo él volvió a relajarse. Miró su reloj: 03:18 a.m.
Crispó la boca. Malditas pesadillas. Casi nunca lograba recordarlas, pero en ocasiones escasas pocos flashbacks golpeaban su cabeza. En esta ocasión la opción uno fue la que lo acompañó. Siempre lo dejaban confuso, pocas veces asustado y para su mala suerte, sin sueño.
Se levantó con pesadez y deambuló por la cocina. Un vaso de agua fue lo único que adquirió de ahí. Iba nuevamente hacia su habitación con la ayuda se su polibastón (como a él le gustaba llamarlo debido a la fascinación que la polillas tenían por aquella vara), cuando un tironcito en el pecho le hizo parar. El anciano reconocía perfectamente aquel leve tirón.

Sigue leyendo

«Trágica historia de un Corazón» Capítulo 6

Capítulo 6
El dulce beso que condenó a Corazón

Un sentimiento fúnebre lo cobijó. Optó por no desenvolverse de él.
Corazón también sentía exactamente lo mismo que el hombre, pero mil veces peor. Si pudiera retroceder el tiempo, si pudiera remediar sus estúpidos errores, si pudiera haber logrado conservar aquella última sonrisa antes de que él la borrara…
Muchos afirman que el hubiera no existe, ahora sabía que su primo el pudiera, tampoco.
No estaba listo para lo que seguía. Se sentía rígido con sólo rememorar aquello, pero era necesario, él se lo merecía.

<<Hazlo, debes seguir>> alentó al anciano.

El hombre escuchó aquella brisa de nuevo, la que lo había acompañado durante toda la creación de su historia, y asintió.
A pesar de su avanzada edad, su mente todavía conservaba aquellos recuerdos que lo atormentaban día y noche. Aún luchaba por balancear sus sentimientos. ¿Cómo el día, que había sido el más feliz de su vida, también era el más perturbador? ¿Cómo decidir si debe reír o llorar? ¿Estar feliz o triste? ¿Cómo es que debe sentirse?
Su cabeza comenzó a dolerle, su corazón comenzó a pinchar, su moderno bolígrafo ya palpaba las hojas:

Sigue leyendo

«Trágica historia de un Corazón» Capítulo 5

Capítulo 5
Sufre Corazón

El sol en su antaño rostro le avisó que ya era tarde, a pesar que apenas abría los ojos por primera vez en ese día. Por supuesto que había oído a los pajarillos cantarines anunciar el amanecer, pero siguió acostado. Claro que escuchó tiempo después a su inseparable despertador animándolo a levantarse, pero de su cama no se movió. Sin duda oyó el potente rugido del nuevo auto chiflón de su vecino que siempre abordaba a las doce del día, pero las sabanas blandas lo seguían abrazando. No tenía que ser vidente para saber que, sin duda alguna, hoy no se sentía bien. Amaneció con la mano sobre su pecho y de ahí no la había retirado. Calambrazos repentinos atormentaban a su viejo corazón. Hace tanto que no sentía ese dolor…
Tenía intención de hacer nada ese día, pero cuando el timbre de su elegante casa comenzó a gritar por varios minutos, gimió por el esfuerzo al levantarse e ir a investigar.

Sigue leyendo