«Barbie Boy» Capítulo 4 (Final)

Capítulo 4

 

 

—¡Te estoy buscando desde hace horas! ¿No te dije que no te movieras de donde estabas? ¿Y por qué diablos tengo que encontrarte hasta aquí a solas con este tipo? —gritó Geo. Bill no respondió, así que lo agarró de un brazo obligándolo a levantarse con fuerza. Tom se levantó al instante.

 

—¡Hey! suéltalo —ladró Tom.

 

—¡Si llego un segundo más tarde seguro lo besas! —Buzz masculló entre dientes, ignorando la alta presencia de Tom.

 

Bill, harto ya de los tratos de Geo, de su vida junto a él, de la falta de amor y de no poder expresar lo que realmente siente desde hace meses porque él se lo prohibía, sacudió el brazo bruscamente, deshaciéndose del agarre pesado de Georg quien se quedó perplejo.

 

—¡Pues sí, estaba pensando en besarlo! Es más, aún sigo pensando en hacerlo.

 

Buzz tragó bilis, expresando su enojo. Tom prefirió no entrometerse pero se mantuvo cerca por si las cosas se ponían feas. No conocía a Georg de nada así que no sabía de lo que podría ser capaz.

 

—¿Pero por qué haces esto? ¡¿Por qué me haces esto a mí?!

 

Bill rio sin humor.

 

—¿Que por qué hago esto? ¡Porque estoy harto! Harto de tener que pedirte permiso, harto de tus regaños y sobre todo harto de tus manipulaciones.

 

—Yo no te manipulo…

 

—¿Cómo no? ¡Si hasta querías que viniera disfrazado de Woody con botas, sombrero y todo! —reveló agitando las manos para expresarse, las cuales descansó sobre su cadera acribillándolo con la mirada.

 

—¡Bueno perdón! Si querías venir como niña entonces hubieras venido como Jessie la vaquerita, ¿por qué desentonar? Ese fue mi punto.

 

Bill negó sin poder creérselo y Tom silbó por lo estúpido que estaba siendo.

 

—Ya, basta ¿sí? ¡Basta! —Bill respiró hondo—. Georg, no tenemos nada. En realidad tú ni siquiera me amas. Te acostumbraste a mí como yo me acostumbré a ti pero es sólo eso —Georg bajó los hombros y su ceño se frunció, avistando lo que Bill quería revelar—. Dejémoslo. Permitámonos ser feliz cada quien por su propio camino…

 

—Bill… —Georg le dio una rápida mirada a Tom, avergonzado por tener público. Se acercó a Bill para hablar más bajito—, es por él ¿verdad? Apenas lo conoces, si crees que vas a ser feliz con él estás equivocado.

 

—Puede que tengas razón o puede que no, pero no importa, me arriesgaré —Bill dijo firmemente.

 

Georg se masajeó los ojos, cansado.

 

—No digas eso. Yo soy feliz contigo.

 

Tom se apartó un poco de la escena. A pesar de todo no podía evitar sentir pena por ese chico. Siempre dolían los hechos impredecibles como una ruptura. Miró hacia otro lado y fingió no escuchar más.

 

—No, tú crees que eres feliz, pero sólo te estás engañando. Esto está roto, ya no se puede arreglar.

 

Buzz respiró hondo y se quitó el enorme casco que cubría su cabeza al igual que la malla verde que cubría su corto cabello dejándolo libre. Enojado, se giró hacia Ken con ojos de pistola bien cargada.

 

—Todo es por tu culpa, si no hubieras metido tus narices donde no debías esto no estaría pasando.

 

Tom se indignó. Él no quería meterse, pero ya que Georg insistía…

 

—Si Bill ha tomado esta decisión es porque las cosas andaban mal desde hace tiempo. Si quieres buscar culpables, te doy un nombre. Aunque ya lo sabes.

 

Georg arrugó el rostro y le dio la espalda tragándose su orgullo. Nuevamente enfrentó a Bill.

 

—¿Entonces es todo? ¿Me vas a dejar así?

 

—Espero que seas feliz, Georg —fueron sus únicas palabras.

 

Buzz asintió tratando de asimilar lo que acaba de suceder y sin más, se marchó sin mirar atrás.

 

Tom esperó un momento dejando a Bill procesar lo acontecido. Se acercó cuando lo vio prudente.

 

—¿Cómo te sientes?

 

—Al fin puedo respirar.

 

Ken le regaló una de esas sonrisas de muñeco perfecto y le acarició la mejilla con suavidad, dándole apoyo. Bill instintivamente recargó la cabeza en su mano, devolviéndole la bonita sonrisa de comercial.

 

Benjamín, mejor conocido como “el robot” pidió la atención de los presentes.

 

—¡Y llegó la hora de dar a conocer al ganador del mejor disfraz de la noche! Acérquense todos al escenario.

 

Y como abejas en un panal, la gente obedeció.

 

—¡Rayos! Olvidé dar mi voto —Bill recordó con decepción.

 

—Yo pensaba votar por ti pero al parecer ambos somos unos olvidadizos —Tom se encogió de hombros.

 

El Robot continuó.

 

—Nuestro jurado ha terminado de hacer el conteo y justo aquí… —alzó su mano izquierda mostrando un sobre blanco—, está el ganador. —Un redoble de tambores (cortesía del DJ), resonó en todo el lugar aumentando el suspenso—. Y llevándose el 60% de los votos el ganador es… ¡El Oso cariñoso!

 

Gustav abrió los ojos cuando una luz blanca lo señaló mientras el público le dedicó los aplausos. Su fiel grupo de fans, el cual drásticamente creció, se abalanzó hacia él llenándolo de abrazos eufóricos.

 

—¡Sabíamos que ganarías!

 

—¡Oso Cariñoso, Oso Cariñoso, Oso Cariñoso…! —comenzaron a corear.

 

—¡¿Qué?! Pero yo no soy un Oso Cariñoso, ¡soy un Oso malvado! ¿Es que nadie de aquí vio Toy Story 3?

 

Pero al ver que ignoraron sus quejas y sólo seguían animándolo, resopló. Contra su voluntad subió al escenario y recibió como premio una cortesía para la próxima fiesta. Todo lo que quisiera tomar, gratis. Yujuuuuuu…

 

—Creí que ganarías tú —le dijo Tom a Bill, desilusionado.

 

—Bueno, Barbie podrá ser la muñeca más famosa del mundo, pero vamos, ¿quién se puede resistir a un oso tan lindo como Gus? —Tom rio y se alegró al ver que a Bill ni siquiera le afectó no ser el ganador. Había pensado que este tipo de cosas le importaban mucho, pero tal parece que ser popular en realidad le importaba poco—. Acompáñame, quiero felicitar a mi amigo.

 

Tomó a Tom de la mano y comenzó a guiarlo entre la multitud. Tom sonrió para sí mismo ante el simple gesto de Bill.

Ambos caminaron en dirección a Gustav pero por una molestia Barbie se detuvo para poder acomodarse los tacones pues estos le estaban causando grandes molestias. Tom esperó. Cuando se sintió listo y retomó la marcha chocó con otra persona justo después de haber dado dos pasos.

 

—Lo siento —se disculpó Bill. Cuando levantó la vista Cleo de Nile lo miraba con ojos de sorpresa—. Oh, eres tú —estaba a punto de retomar su camino pero Ría se lo impidió al colocarse en frente.

 

—Billy, espera. Debo hablar contigo —dijo un poco retraída.

 

Bill arrugó la frente. Le preguntó a Tom con la mirada “¿debería escucharla?” obteniendo un asentimiento de cabeza como aprobación.

Resignado, soltó aire y cruzándose de brazos, accedió.

 

—Dime.

 

Ria posó una mano sobre su hombro, bajando la mirada.

 

—Yo… quiero pedirte una disculpa —hizo una leve pausa antes de continuar—. Vamos, yo no soy una mala persona, Bill. Lo sabes. Sí, debo decir que me enfadé mucho cuando terminaste conmigo porque, cielos… —levantó la vista, mostrando vergüenza—yo todavía te quería y bueno, aún te quiero; pero como a un buen amigo. Lo siento si expresé mi enojo de una manera idiota, pero que va, algunas veces muchas chicas lo somos por no saber cómo expulsar nuestra frustración.

 

—Oye, no eres idiota…

 

Ría rio.

 

—No, está bien. Yo reconozco cuando lo soy y cuando no. Y en esta ocasión no fui una blanca paloma. Sólo no deseo que te lleves una mala imagen de mí. Olvida todo lo que pasó hoy. Olvida todo lo que te dije, eres estupendo. De verdad.

 

Bill ladeó la cabeza dubitativo, pero al final asintió.

 

—Yo quiero ser tu amigo, Ría. Te estimo también y lamento que las cosas hayan terminado así. En serio.

 

—Entonces seamos amigos —ella sonrió. Bill le devolvió el gesto—. Bueno, no te interrumpo más. Ahora debo irme, nos vemos luego. Chao Tom —saludó con una mano detrás de Bill.

 

Y dando media vuelta Ría se marchó y se encontró nuevamente con sus amigas. Miró una vez más a Bill y le sonrió sinceramente. Bill agitó la mano.

 

—Wow, eso fue inesperado —soltó atónito—. Ella siempre ha sido tan orgullosa, me sorprende mucho lo que hizo. De verdad creí que me odiaba. Quizá se dio cuenta que no ganaba nada siendo grosera.

 

—Puede ser. O quizá sólo necesitaba que alguien le diera un buen consejo —mencionó, sonriendo pícaramente.

 

Bill abrió la boca.

 

—¿Fuiste tú?

 

Tom dudó.

 

—Sólo le pregunté si en verdad se sentía cómoda con el rencor y cuál era el benefició de llevarlo dentro. Ella entendió por lo que veo.

 

Bill se cruzó de brazos y recargó todo su peso sobre su pierna derecha, haciendo una mueca divertida.

 

—Barbie puede tener todos los trabajos del mundo, pero tú te llevas el de consejero. Eres fabuloso.

 

Y después de esa pequeña interrupción, se acercaron a Gustav.

 

—Aún no puedo creer lo que acaba de pasar —confesó el Oso a su mejor amigo. Había logrado mandar a las chicas por unas bebidas, por lo que gracias a dios le había dado tiempo de escapar.

 

—Gustav, ¡ganaste! Aprende a vivir con ello —sugirió Bill. Gustav se quedó con la mirada clavada en Tom casi con descaro. Bill se dio cuenta de ello y rápido intervino—. Hum, este es Tom. Vino a saludarnos hace un rato ¿te acuerdas? —le hizo un gesto pidiéndole a Gus fingir indiferencia. Éste entendió la indirecta.

 

—Tú enamorado, claro que lo recuerdo —pero claramente Gustav no quiso colaborar.

 

Bill le sacó la lengua y Tom simplemente sonrió simpático.

 

—Ese soy yo —le tendió la mano y el Oso la estrechó.

 

—Es un gusto. Bueno, yo los dejo solos —Gustav palmeó la espalda de Barbie y éste lo interpretó como una felicitación. Se apartó ya con un plan en mente. Se sentía tan feliz por su amigo. De hecho antes de la premiación Geo le había notificado de su rompimiento. Lo que él había dicho fue “me dejó por otro patán”. Ante esa declaración Gustav no pudo evitar sonreír de puro gozo. ¡Por fin! Bill había roto las cadenas. Por eso ahora se encargaría de sellar el sobre.

 

Observó a Bill desde lejos. Su sonrisa lucía de otra manera. Era tan sincera y brillante mientras escuchaba cualquier cosa que Ken le estuviera contando. Ambos lucían tan cómodos juntos. Tom le pellizcó la mejilla a Bill por algún comentario que hizo y Bill le golpeó el pecho, pero pareció más una caricia.

Gustav negó y sonrió, incrédulo al ver su interacción. Parecía que se conocían desde hacía meses.

 

Travieso, llegó con el DJ y con una leve suplica le pidió que lo complaciera con una canción.

 

—Pero ya la puse.

 

—Por favor, sólo una vez más, es un clásico. Además ¿a quién no le gusta repetir?

 

Por fortuna para Gustav, el DJ aceptó.

 

 

Tom se sentía en las nubes. No sólo había conseguido entablar una amistad con Bill, sino también había logrado causar un gran interés en él. Lo veía en sus ojos, lo notaba con sus gestos. Y ahora tenía su número de celular. ¡Eso era fantástico!

 

—Entonces mañana te marco y vemos qué hacer —Tom dijo. Bill colocó un mechón de pelo tras su oreja.

 

—Estaré esperando tu llamada.

 

 

Hi Barbie

Hi Ken

Do you wanna go for a ride?

Sure Ken

Jump in…

 

De pronto sus sensores detectaron la más que conocida canción y se miraron divertidos. En ese momento, el celular de Bill vibró al recibir un nuevo mensaje de texto. Arrugó el entrecejo ante el remitente y lo abrió curioso.

 

Disfruten su canción.

Gustav.

 

Bill alzó el rostro y halló a Gustav junto a la consola del DJ, sonriéndole.

Barbie soltó una risilla.

 

—¿Qué es tan gracioso? —le preguntó Ken.

 

Bill le enseñó el mensaje haciéndolo reír.

 

—¿Cómo ves? Ya tenemos canción.

 

Tom sorbió el resto de su bebida y se puso de pie.

 

—En ese caso… —le tendió una mano a su preciosa muñeca como todo un caballero— concédeme esta pieza.

 

Bill mostró sus dientes en una sonrisa y tras pensárselo por varios segundos tomó la mano de Tom y este último lo ayudó a levantarse. Ambos sintieron el ligero choque de electricidad que surgió de ese leve toque y se miraron con profundidad.

Ellos no se habían dado cuenta aún, pero al comenzar a caminar hacia la pista de baile varios pares de ojos los observaban y muchos suspiros resonaron con fascinación.

 

Barbie y Ken realmente hacían una linda pareja.

Y Bill y Tom, ni se diga.

 

Ya en la pista, Tom empezó a jugar con las manos de Bill. Moviendo sus brazos de arriba abajo, de un lado a otro como si Bill fuera un tímido niño que apenas estaba aprendiendo a bailar. A Tom le fascinaba aquello. Sus sonrisas y sobre todo las risas no desaparecieron en ningún momento y su conexión jamás se rompió. Ni siquiera para observar al público que nuevamente los había encerrado en una burbuja.

 

—¿Sabes algo, Tom? —preguntó Bill antes de que éste le diera una rápida vuelta y su cabello se agitara como cascada—. Jamás imaginé que mi noche acabaría así.

 

Tom rio sarcásticamente.

 

—¡Ja! Yo no pensaba venir. Pero ahora entiendo por qué estoy aquí.

 

 

I’m a Barbie girl, in a Barbie world

Life in plastic, it’s fantastic.

You can brush my hair, undress me everywhere.

Imagination, that is your creation.

 

Come on Barbie, let’s go party!

 

Bill y Tom no eran bailarines profesionales, de eso se pudieron dar cuenta todos los que los rodeaban y animaban, pero a pesar de ello, se estaban divirtiendo viendo sus improvisados pasos. ¿Alguna vez habían visto el baile del pollo? Bien, pues esta noche lo conocieron e incluso algunos lo imitaron. Barbie y Ken sonreían y soltaban carcajadas por lo ridículos que se sentían, pero no pararon. Por primera vez en la noche ambos se estaban divirtiendo como nunca y de una forma que jamás hubiera sido su primera opción.

 

—Hace rato te dije una mentira —confesó Bill mientras tomaba las manos de Tom y se dejaba guiar entre leves movimientos.

 

—¿Sobre qué?

 

—Sobre el destino y las coincidencias —Bill agitó sus pestañas—. Sí creo en el destino.

 

Tom sonrió y se detuvo por un momento. Eso era lo más bello que le pudo haber dicho. Tomó a Bill por la cintura y lo acercó, juntando su boca a su oído.

 

—Entonces hagamos una nueva película de Barbie.

 

Sintió las manos de Bill en sus hombros.

 

—Yo no quiero más fantasía, quiero que sea real —Bill juntó la sien contra la de Tom, hablándole al oído de igual manera—. Quiero verte mañana sin disfraces y que me sigas mirando como lo haces ahora.

 

—¿Cómo? —tentó Ken, sonriendo juguetonamente.

 

Sintió a Bill tensarse un poco pero aun así lo oyó reír.

 

—Con amor.

 

Tom no pudo evitar estrecharlo entre sus brazos. Ninguno de los presentes podía escuchar su conversación, pero no estaban ciegos. Varios “Aww” volaron por ahí pero Bill estaba más concentrado en la repentina sensación dentro de su estómago. Era como si sus intestinos hubiesen incubado varios capullos sin que se diera cuenta y justo ahora las mariposas estaban dando sus primeros aleteos. Incluso temía abrir la boca al pensar que alguna de ellas podría salir volando por ahí.

De manera automática, correspondió su abrazo.

 

—Bill, te veo a ti y… me gustas —y aunque Tom deseaba confesar otras cosas más decidió guardárselas. No podía soltar algo más comprometedor así como así con sólo horas de haberlo conocido. ¿Qué pensaría Bill? Seguramente no lo creería. Pero lo cierto era que no encontraba otro sentimiento cercano al que sentía cada vez que lo veía. No sabía cómo era posible, pero no había duda que tenía un fuerte crush hacia él. No estaba preocupado de aquello, sobre todo porque Bill lo miraba de la misma forma—. Por ahora no importa nada más.

 

Bill lo apretó más fuerte antes de que Tom se separara para mirarlo a los ojos y tomar sus manos. Ambos intercambiaron sonrisas. La canción estaba por terminar así que nuevamente Tom comenzó a contonear a Bill juguetonamente y éste se dejó hacer. Bailaron uno con el otro e incluso como uno de sus pasos más populares estuvo el del Robot, lo que causó que muchos rieran ante la escena ridículamente tierna.

 

Cuando la canción llegó a sus últimas, Tom pasó un brazo por debajo de las rodillas de Bill y éste se aferró a su cuello mientras era levantado con gran facilidad. Bill abrió los ojos y rio por la sorpresa, totalmente concentrado en ese otro par de ojos que lo miraban.

 

Y haciendo un pequeño homenaje a sus personajes, Bill acompañó a la canción diciendo a la par:

 

Oh, I’m having so much fun!

 

Well Barbie, we just getting started —se unió al juego Tom con una voz más ronca.

 

Oh, I love you Ken.

 

Y pegando las pestañas a sus mejillas, Barbie besó a Ken al concluir la canción. Hubo aplausos estridentes al momento y las chicas se emocionaron tanto que las fotografías no se hicieron esperar. La escena era sumamente encantadora.

 

Bill había reaccionado a sus impulsos. Había hecho lo que su corazón le pidió a gritos y justo ahora todavía no sentía la necesidad de separarse. Tom aún lo sostenía en brazos y aun ante el asombro correspondió al suave beso sin ninguna protesta. Cuando Bill por fin rompió el contacto entre sus labios, Tom dio una vuelta con él en el aire sin esconder su felicidad. Bill se aferró más a él.

 

—¡Tú quieres matarme! —dijo Bill entre risas ante la gran energía de Tom.

 

Este lo bajó con cuidado sin querer apartarse demasiado.

 

—Antes ya recibí un golpe por besarte sin tu consentimiento. Permíteme hacerlo bien esta vez.

 

—Tom, te acabo de besar. Tú ya no tienes que pedirme permiso para eso.

 

Tom sonrió y acercó su rostro lentamente al de Bill casi dudoso. Bill lo esperó quieto, emocionado e impaciente. Sintió las manos de Tom acariciar sus mejillas y al instante cerró los ojos esperando. Pero no pasó nada. Los abrió de nueva cuenta confundido y Tom le sonrió cuando se encontró con él.

 

—Todos nos observan —susurró algo sonrojado.

 

Bill dio una rápida mirada hacia ambos lados, confirmando las palabras de Ken. Pero volviendo la vista hacia él, se remojó los labios y ladeó la cabeza.

 

—¿Cuáles todos? Yo sólo te veo a ti.

 

Tom sonrió con cariño y sin más demora juntó sus labios con los suaves de Bill. Ignoraron los gritillos que abundaban a su alrededor y sólo se concentraron en ellos mismos, en lo que estaban sintiendo y en todo lo que les esperaba después. Tom abrió y cerró los labios repetidas veces y se atrevió a asomar la punta de su lengua para acariciar los labios de Bill. Éste enroscó sus brazos alrededor del cuello de Tom y abrió la boca sólo lo suficiente para recibir su lengua. Tom lo apretó más contra su cuerpo. La sensación entre ellos era exquisita.

No importaba que tuvieran público, tampoco si había críticas ni mucho menos si Georg aun merodeaba por ahí y los veía… no. Ya no importaba nada para ellos a estas alturas. Sólo importaban ellos dos, su pequeño mundo y los pequeños retoños que comenzaban a florecer dentro de ellos. Sólo un beso se necesitaba para fertilizar tal amor que con mucha fuerza empezaba a crecer.

 

Un soldadito verde sonreía feliz. Si algo admiraba de Tom era que éste siempre luchaba por lo que quería y no se rendía hasta conseguirlo. Así le costara un ojo morado, no existían los “imposibles” para él.

Una sonrisa adornó sus labios.

 

—De acuerdo Tom, tú ganas.

 

Fin

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Y bueno chicas, llegamos al final de esta historia. Quiero darles las gracias a cada una por todo el gran recibimiento que le dieron a Barbie Boy. A aquellas que le dieron una oportunidad a esta historia y la leyeron a pesar de no estar tan convencidas, pero que al final les terminó gustando ¡GRACIAS por hacerme saber todas esas cosas! >u<  espero que el final no haya decepcionado a nadie y si fue así, diganme qué es lo que no les pareció :333 a todas las que leyeron y no comentaron anteriormente, por ser este el último capítulo por favor haganme saber con un comentario si les gustó, ¡súbanme la autoestima! :333  xD

Bueno, aún queda más por escribir para esta serie «vestidos» así que si les gusta ver a Bill o Tom en problemas de faldas, no me pierdan la pista ;D

Sé que esta canción es conocidísima pero de igual forna les dejo el link de Barbie Girl: http://www.youtube.com/watch?v=v35fWf1CWFQ

6 pensamientos en “«Barbie Boy» Capítulo 4 (Final)

  1. Que puedo decirte, linda. En serio, es la historia de Twc más cursi y un poco melosa. Pero ¿sabes? ME HA ENCANTADO DE PRINCIPIO A FIN. Eres grande en esto, realmente te lo escribo, ¡ERES GRANDE,LINDA! ❤

    • Aww, gracias cielo *–* gracias por leer y sobre todo por comentarme. Sé que fue muy cursi x3 de hecho cuando escribía me sentía rara haha pensaba que era muy raro que lograran enamorarse en tan solo una noche, pero me dije: creo que en amor a primera vista así que, hagámoslo 🙂

  2. Pensé que habría violencia pero todo se resolvió civilizadamente y con valentía (por parte de Barbie boy) entre Buzz/Geo y Barbie/Bill y ahora la recién nacida relación seguirá a todo vapor con Ken/Thomas 🙂 y la inesperada disculpa de su ex :O y que decir del oso Gusty que GANOOO el mejor disfraz!!! 😀 y además sentirse complacido por la felicidad de su mejor amigo Bill 😀 Me encantooo todo el capi y la escena final de ellos bailando el tema nuevamente 🙂 escribes genialosamente ( perdón por comentar hasta ahora) ♥

    • No, nada que perdonar, ¡al contrario! Gracias por todo el tiempo que dedicaste para comentar cada uno de los capítulos *–* eso me hizo muy feliz, de verdad ❤ me alegra que te haya gustado el fic en general, y sobre todo que halagues mi forma de escribir *–* gracias hermosa ❤

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